Girls
La amada, odiada y revolucionaria antítesis de Sex and the City

También son cuatro chicas, también viven en Nueva York. Pero si en los primeros capítulos de Sex and the City vemos al grupo de amigas charlando y riendo alrededor de la mesa de una cafetería, en los primeros capítulos de Girls las vemos peleándose en una clínica de abortos.

La serie de Lena Dunham siempre aceptó la herencia de Sex and the City. Sin embargo, lo que Girls quería mostrar era esa parte de Nueva York de la cual Carrie Bradshaw nunca hubiese escrito: el desempleo, los yonquis, lo indeseable. La triste realidad de una ciudad que ya no alcanza las expectativas de todos los jóvenes que llegan a ella con sus maletas llenas de sueños.

Todo comienza cuando Hannah (Lena Duham) es citada por sus padres para una cena. En una incómoda conversación, le dicen que ya no seguirán ayudándole financieramente. Con 24 años y la idealista aspiración de vivir de la escritura, comienza su errático camino.

Hannah, Jessa (Jemima Kirke), Marnie (Allison Williams) y Shoshanna (Zosia Mamet) son las princesas decadentes de este show. Son adultas pero no tienen estabilidad financiera, ni emocional y ni siquiera saben bien a dónde se dirigen sus vidas. Como la mayoría de nosotros.

La voz de una generación

La falta de un trabajo estable y de motivación vital en general. Las citas online, el sexo casual y el hedonismo. La sensación de estar aplazando el momento de la madurez definitiva. Girls es un maravilloso retrato de la generación millenial. Y claro, en particular, es el retrato de las mujeres millenial.

Aunque también hubo hombres reales. Tan sensibles, inseguros, iracundos, vulnerables y sensuales como ellas.

La serie de Dunham fue revolucionaria por muchas cosas. Una fue mostrar con insistencia desnudos de cuerpos femeninos imperfectos. Otra fue hablar de abuso sexual, de consentimiento y de muchas otras cosas que eran tan adelantadas para su época que resultaban dolorosamente incómodas de ver.

Hubo dos cosas que le criticaron a Girls hasta el cansancio. La primera, la falta de diversidad cultural y racial en el elenco. Siendo Nueva York una de las ciudades que agrupa la mayor cantidad de etnias, este resultaba un error imperdonable.

La segunda crítica tenía relación con el feminismo. Las relaciones que las chicas establecían eran heteronormadas y muchas veces tóxicas. Entre ellas se trataban frecuentemente de “perras”, por lo general eran malas amigas entre si y algunas veces usaban el sexo por conveniencia.

¿Se podría decir, entonces, que Girls era una serie feminista? Definitivamente si. Lo fue y lo es. Es obvio que ninguna mujer es perfecta y ningún feminismo tampoco lo es. Girls mostró sin compasión los defectos de sus personajes y por eso fue tan amada como odiada.

Amor y odio (alerta de spoiler)

Cuando Jessa se casa de sorpresa con un hombre desagradable. Cuando Marnie se humilla cantando pésimo, sin que nadie se lo pida, en un evento de su ex novio. Casi todas las cosas que Hannah hizo a lo largo de la serie y las que Shoshanna dejó de hacer.

Girls es ese tipo de series que te generan tensión permanente. Todo lo que hacen los personajes te parece pésimo, todas las decisiones que toman son un error y sus reacciones, completamente inaceptables. Las odias tanto a todas y te arde la rabia de ver cómo arruinan sus vidas. Y ellas también se odian. A sí mismas y entre si.

Uno de los aspectos más interesantes de la serie es la relación de amistad entre las cuatro protagonistas. Mientras más avanzan los capítulos, menos entendemos porqué son amigas si son tan distintas y se llevan tan mal. Así es como con el paso de las temporadas sus caminos se van separando. Es algo triste, pero a la vez muy realista.

Girls se emitió por HBO entre 2012 y 2017, y terminó luego de seis temporadas. Ganó dos Globos de Oro y dos Premios Emmy, y fue comentada en el mundo entero. Amada y odiada en igual medida, Girls fue como Sex and the City, una serie revolucionaria.

¿Dónde ver Girls online?

Las seis temporadas de la serie están disponibles en HBO Go.