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Mad Men
El reflejo de una época y de nosotros mismos

Mad Men es ampliamente considerada una de las series que definieron la nueva época dorada de la televisión. ¿Qué la llevó a convertirse en nuevo clásico?

Mad Men afiche

Corría el 2007 cuando un canal poco consolidado llamado AMC empezó a emitir su primera serie de ficción, Mad Men: un programa sobre publicistas ambientado en los años ’60.

Matthew Weiner, el creador del proyecto, había escrito para Los Soprano, pero HBO, Showtime y otros canales rechazaron el piloto de su nueva idea. Probablemente la vida cotidiana y los quehaceres de un grupo de personas que no hacían mucho más que conversar no les pareció atractivo. He ahí el engaño de Mad Men.

Poco tiempo después de su estreno, la crítica habló y rápidamente dejó establecido que algo interesante estaba pasando. Muchos se sumaron al creciente fenómeno, la serie ganó el Globo de Oro a Mejor Serie Dramática —y pasaría a llevarse el mismo premio cuatro años consecutivos en los Emmys— y se adjudicó un puesto indiscutible como pieza fundamental en esta nueva Era Dorada de la Televisión. ¿Cuál es su atractivo?

La clave está en los personajes

Don Draper, el seductor de pasado oscuro. Su esposa Betty, la ama de casa perfecta. Peggy Olson, prometedora principante en un nuevo trabajo. Roger Sterling, millonario desenfadado y Joan Holloway, una mujer capaz en un mundo de hombres.

Los protagonistas de Mad Men podrían verse tan simples como eso. Pero, a la vez, eran infinitamente más complejos. La serie podrá parecer lenta y de poca trama, eso es porque en realidad los acontecimientos ocurren internamente.

Mad Men se encargó de lograr la pieza fundamental a la que aspira cualquier obra narrativa de largo aliento: desarrollar personajes interesantes, humanos y tridimensionales.

Mad Men proponía una familia de personajes con objetivos, miedos, contradicciones, secretos y sueños. Con falencias y destrezas. Psicológicamente tan estudiados y diferentes entre sí que era un deleite cada vez que dos de ellos se juntaban a interactuar. La trama no necesitaba aportar mucho más. Aquí estaban en juego puntos de vista, formas de lidiar con los problemas, visiones del pasado y el futuro y códigos morales.

De silencios y subtextos, de reacciones y contradicciones, Mad Men fue adulta en el mejor sentido de la palabra: confiaba en que un diálogo banal en la superficie interpretado por grandes actores podía contener multitud de significados. Confiaba en espectadores que estaban involucrados con los personajes y que habían aprendido a leer la forma en que la serie se expresaba. Confiaba en la construcción meticulosa y profunda de seres complejos y entendía que la mejor televisión no necesita más que eso.

Hitos históricos y psicología

Mad Men también fue una serie que atravesó una década crucial en la historia estadounidense, y muchos de sus hitos fueron retratados: los personajes presenciaron la llegada del hombre a la luna, aplaudieron la elección de Kennedy y lloraron la muerte de Marylin Monroe.

La llegada de la década de los 70s no solo cambió la ambientación y vestuarios de la serie por algo más colorido y moderno, sino que la revolución hippie, el uso de drogas y la lucha por la emancipación de las mujeres se hicieron su lugar en la trama, dándonos un vistazo a cómo se configuraba la vida de sujetos corrientes en torno a un contexto mayor.

Todo esto, mientras magistralmente se desenvolvía una revelación profundamente humana que iba cobrando cada vez más sentido: los seres humanos nos configuramos según nuestras acciones, y cambiar no es tan fácil como nos gustaría. La serie develaba la repetición de patrones de conducta destructivos y explicaba cómo se desarrollaban y la forma de vivir alrededor de ellos, todo visto desde aquella gente infeliz que en sus anuncios prometía felicidad a las masas.

Mad Men nos permitió reconocernos a nosotros mismos y entender la naturaleza humana un poco mejor. No es un logro pequeño para cualquier serie de televisión y esta en particular terminó por convertirse en un hito en sí misma, casi tan crucial como los que retrataba.

¿Dónde ver Mad Men?

Las siete temporadas están en Amazon Prime.