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El viaje de Chihiro
Una alegoría del paso de la infancia a la adultez

El viaje de Chihiro nos advierte que cosas extraordinarias pueden sucederle a personas comunes en una aventura repleta de seres fantásticos y mucho, mucho aprendizaje.

El viaje de Chihiro afiche

¿Cuál es el secreto para que una película sea memorable? ¿Cuál es la estrategia para que una obra nos entregue un alto grado de satisfacción? Pareciera que Hayao Miyazaki y Studio Ghibli conocen bien la respuesta. El viaje de Chihiro, séptimo largometraje del director japonés, es la muestra de aquello.

Como dice el dicho “la práctica hace al maestro” y Miyazaki es justamente eso: un artista que tras años de carrera se convirtió en fiel representante del perfecto equilibrio entre la forma y el contenido.

El viaje de Chihiro se considera una de las mejores películas de animación de la historia. Estrenada en 2001, se encuentra en infinitos compilados con lo mejor de la cinematografía y es sin lugar a duda uno de los íconos de la animación japonesa.

Entre los múltiples premios que recibió destacan el Oscar a Mejor película animada —primer y único animé en obtener esta distinción— en 2002 y un Oso de Oro el mismo año en la Berlinale.

Un primer acercamiento

El viaje de Chihiro no es la excepción a la tendencia de Miyazaki de poner en valor a niñas o niños comunes que deben superar situaciones extraordinarias.

Los tópicos principales que entretejen a esta película son la madurez, ser fiel a uno mismo, el esfuerzo, la gratitud, la amistad y el cuidado de nuestro planeta.

Pero la narrativa y construcción visual de la película no sería nada sin el campo sonoro que las acompaña. Se trata de piezas musicales compuestas por Joe Hisaishi, un artista cercano a Studio Ghibli quien además ha dado magia a cintas como El castillo en el cielo (1986) y Mi vecino Totoro (1988).

Dicho lo anterior, es un tremendo desafío tratar de desentrañar escenas con tanto significado. Analizar esta obra es una tarea ardua ya que contiene un sinfín de interpretaciones. Hoy me enfocaré en lo que a mi juicio son las principales enseñanzas de esta cinta a través de tres subtítulos que constatan el crecimiento de Chihiro.

Como siempre, antes de continuar la lectura mi recomendación es poner play a One Summer’s Day, el tema principal de esta película.

Chihiro y sus padres se dirigen a su nuevo hogar.

¿Qué significa Chihiro?

La película comienza con un encuadre dentro de un auto, una metáfora del pequeño mundo de Chihiro. Ella se está mudando. En el vehículo se encuentran las cosas que componían su vida hasta esa fecha, todas acumuladas en bolsas y maletas.

Acostada en el asiento trasero, abraza unas flores y dice “mi primer ramo es para una despedida”. Una despedida no solo física, también alude al cambio que está por venir y a la vida que abandona.

El padre decide tomar una vía que los llevará por un camino de tierra que poco se asemeja a las construcciones que se visualizaban segundos antes. Este recorrido parece abandonado, pero aparentemente alguna vez fue frecuentado.

Chihiro visualiza unas particulares casitas con velas que figuraban tiradas en el suelo y que logra identificar como santuarios tras consultarlo con su madre. Esta escena es, a mi juicio, es uno de los primeros indicadores del mundo en que nos encontramos: una infancia alejada de las tradiciones. Nuevas generaciones que desconocen su historia, cultura y raíces.

Al final del camino encuentran un túnel que decanta en una suerte de estación de trenes y más allá un parque temático. En una atmósfera que indica que están hurgando donde no deben, los padres encuentran restaurantes y comienzan a comer de forma abrupta y sin saciarse. En cambio, Chihiro reconoce que algo sucede y que no deberían estar allí.

Chihiro, de carácter temeroso e inseguro, le insiste a sus padres que abandonen el lugar, pero ellos no la escuchan. Tras la negativa, ella decide caminar por la zona hasta que es advertida por un joven llamado Haku de que deben irse lo más pronto de ahí. Obediente, Chihiro corre hacia sus padres quienes habían mutado y ahora tenían apariencia de cerdos.

Mientras se hace de noche este parque temático comienza a tomar vida: surgen sombras, luces y colores. Chihiro corre desconcertada en dirección al túnel, pero solo se encuentra con kilómetros de agua que la distancian de su lugar de origen.

Nuestra protagonista está a la deriva, desolada, indecisa y completamente en silencio.

Chihiro en un parque de diversiones abandonado.

De Chihiro a Sen

En El viaje de Chihiro, Haku es sin duda el mentor de Chihiro y quien le indica cómo proceder. Él es consciente de los peligros del lugar, específicamente de la casa de baños, una zona de descanso para espíritus y dioses.

Este último es dirigido por Yubaba, bruja de edad imprecisa que vive rodeada de joyas y riquezas y tiene un bebé gigante llamado Boh.

La primera misión que Chihiro debe realizar es encontrar trabajo con el encargado de las calderas, un ser llamado Kamaji. Con él aprenderá acerca de la perseverancia, el esfuerzo y a no hacer el trabajo de otros. Allí también conocerá a Lin, otra empleada de la casa de baños quien le dará dos grandes lecciones: dar gracias y decir “sí, señora”.

Tras ser ayudada por Lin, Chihiro es contratada por Yubaba. Eso sí, a costa de cambiar su nombre a “Sen”. La bruja, además, le explicará por qué sus padres fueron transformados en cerdos, declarando que “engulleron la comida de nuestros huéspedes (espíritus y dioses)”.

Una interpretación posible es que esto hace referencia al abuso humano con los recursos naturales. Quizá Miyazaki concibe la tierra como un espacio custodiado por espíritus que fueron arrebatados de la armonía de la naturaleza, a causa de los humanos.

Tras firmar su contrato, Chihiro ahora llamada Sen, va a ver a sus padres, pero ellos no la reconocen. Haku le dice “duermen porque comieron demasiado. Ni siquiera recuerdan que fueron humanos”. Esta situación remece a Sen. Haku le da una bola de arroz con un hechizo que le dará fuerza. Gracias a esto Sen llora, siendo un indicativo de la importancia de soltar las emociones para así poder enfrentar nuestros problemas.

Como empleada de la casa de baños su primera tarea es limpiar a un espíritu muy maloliente que tenía una espina clavada en el cuerpo. Todo el personal, liderados por Yubaba, Sen y Lin, logran remover la espina que solo era el primer objeto entre kilos y kilos de basura.

Finalmente logran liberar al espíritu del río, quien estaba completamente contaminado. Esta escena alude al descuido del planeta y evidencia que juntos podemos revertir el daño causado en la flora y la fauna.

Hasta aquí las peripecias de Chihiro la llevarán a tomar decisiones arriesgadas, a forjar una voz, a tomarle importancia a las cosas y a escuchar sus sentimientos.

Yubaba, una anciana.

Chihiro Ogino

Viviendo una gran cantidad de situaciones que por el bien del espectador que aún no ha visto este clásico no describiré, Sen recupera su nombre y termina esta aventura siendo otra persona: una Chihiro más madura, segura y con poder de decisión.

Esta Chihiro experimentó una transformación total comprendiendo que el mundo es suyo y que se construye en base a sus propias decisiones. Quizá una de las lecciones más importantes de El viaje de Chihiro, es aprender a tomar acción frente a nuestros problemas. Eso es, sin duda, madurar.

Exteriormente Chihiro no experimenta cambio alguno, pero dentro tuvo un viaje enigmático que la cambió para siempre. En el último plano ella regresa al automóvil, dejando atrás el túnel. Una experiencia inolvidable tanto para ella como para nosotros.

Para cerrar me quedo con una frase que menciona Haku: “nada de lo que haces se olvida, aunque no puedas recordarlo“.

Chihiro y Haku.

¿Dónde ver El viaje de Chihiro online?

Puedes encontrar este filme en la plataforma de streaming Netflix.